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El concepto de 4ta revolución industrial hace referencia a un cambio radical en los sistemas de producción donde todas las tecnologías digitales como blockchain, inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT), computación cuántica, entre otras, convergen. Es decir se utilizan en el mismo sistema, e interactúan entre ellas con el propósito de aumentar la cantidad de producción y reducir los costos, todo esto a una velocidad impensable.
El ejemplo más claro que demuestra la capacidad de estas tecnologías, y que ha estado en tendencia los últimos meses es ChatGPT. Una aplicación que utiliza inteligencia artificial para dar la ilusión de tener una conversación, como lo harías con cualquier persona. La gran diferencia es que la inteligencia artificial tiene acceso a toda la información que existe en internet y por lo tanto, en cuestión de segundos, te puede ayudar desde saber cómo utilizar word o excel hasta desarrollar ideas creativas, presentaciones completas, estrategias, código de programación y muchas cosas más.
En el sector financiero, este tipo de tecnologías ayudará a que los procesos sean más eficientes y que la mayoría de actividades operativas estén totalmente automatizadas.
Por ejemplo, hoy en día, desde que solicitas un crédito hasta que depositan los fondos en tu cuenta bancaria pueden pasar entre 2 hasta 45 días ¡hábiles!, porque muchos procesos aún son manuales a pesar de que se han hecho muchas automatizaciones en la solicitud de crédito. ¿Te imaginas solicitar un crédito y que en menos de diez segundos ya esté el dinero en tu cuenta? ¿Que hagas un envío de dinero internacional y que el dinero esté disponible tan rápido como si fuera una transferencia interbancaria? Esto puede ser posible gracias a las tecnologías de la cuarta revolución industrial.
Por otro lado, blockchain no solo se trata de criptomonedas, es la tecnología que puede resolver parte de los problemas de seguridad de las instituciones financieras como prevención de fraudes y lavado de dinero, así como facilitar las auditorías.
Sin embargo, las aplicaciones de estas tecnologías dentro del sector financiero apenas emergen y por lo tanto aún son escasas.
Sin duda, el sector financiero debe ser parte primordial de la cuarta revolución industrial porque permitirá aumentar los índices de inclusión financiera en el país y toda latinoamérica. Para lograrlo, las instituciones financieras deben desarrollar un pensamiento digital en su cultura que les permita innovar utilizando estas tecnologías en sus procesos.