La innovación no solo se trata de hacer algo digital o copiar lo que ya se hizo, la innovación ocurre cuando transformas algo que ya existe para mejorarlo.
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Cuando tenemos ideas que creemos que son grandes y poderosas, a menudo nos perdemos pensando por dónde se tiene que iniciar. Lo primero que se puede venir a la mente es hacer estudios de mercado, buscar información al respecto, hablar con proveedores, buscar soluciones similares en el mercado o ver cómo se hará sostenible financieramente. Todo depende del perfil profesional que tengas.
Sin embargo, el primer paso es aterrizar tu idea, aquí es donde vas a construir tu visión. Es decir, ¿Cómo te imaginas el futuro?, ¿Cómo te imaginas que se verá lo que vas a transformar? y ¿Qué beneficios traerá?
El primer objetivo será construir una visión sólida. Y para lograrlo, necesitas tener aliados que se inspiren y que promuevan tu idea, así tu visión tendrá más fuerza.
Identifica el por qué
La innovación no solo se trata de hacer algo digital o copiar lo que ya hizo la competencia, la innovación ocurre cuando transformas algo que ya existe para mejorarlo.
Este punto se trata de un ejercicio de reflexión, donde debes identificar con claridad: ¿Por qué tienes que hacerlo?, ¿Qué es lo que quieres lograr? y ¿Cómo va a beneficiar a tu institución?
Un ejemplo de esto puede ser aumentar las ventas, hacer más segura una transacción, reducir costos, llegar a nuevos clientes, etc.
Cuando tenemos una idea, la mayoría de veces se trata de la solución a un problema y es algo que puede cegarnos. Sin embargo, cuando empiezas a pensar en el problema identificando el por qué, puedes evitar cegarte por la idea.
Hay veces en que la idea que tienes no necesariamente resuelve el por qué (el problema) de la mejor manera, y en este caso debes replantear tu idea.
Define el éxito
El siguiente paso es definir el éxito que quieres. Aquí la pregunta a resolver es: ¿Cómo sabrás que funcionó?, ¿Cómo sabrás que llegaste a la meta? y ¿Cómo sabrás que tu idea no funcionó?
Puede sonar poco alentador pensar en el fracaso, sin embargo tener métricas claras te ayudará a saber cuándo continuar o cuándo desechar una idea.
Lo que no se mide, no se puede mejorar.
Comparte tu visión
Hasta aquí, ya tienes una visión clara y definida. Sin embargo, solo se trata de tu punto de vista.
Y el siguiente paso es eliminar la mayor cantidad de sesgos posibles, para ello comparte tu visión. Es importante involucrar a todas las áreas: finanzas, negocio, operaciones, legal, marketing, etc.
El feedback te ayudará a ver cosas que no tenías contempladas y hará que tu visión sea más fuerte.
En este paso, debes tener mucho cuidado porque el feedback que necesitas debe ser constructivo y no destructivo. Es decir, debes construir la visión en conjunto con el equipo.
La pregunta obligada a responder cuando escuchas que tu idea no funcionará es: ¿Cómo sí se puede lograr? o ¿Qué tendría que pasar?
Esto te ayudará a identificar los pilares sobre los que se construirá tu visión. Toma los riesgos como retos y genera más ideas para mitigarlos.
Decide
Por último te toca decidir usando el nuevo criterio que ya formaste. Hay tres caminos: continuar con la idea, replantear la idea o desecharla.
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